"El mensaje de Fátima es sencillo y está a la medida de la comprensión de todos. Así nos los confirma el hecho de que fue confiado a tres humildes pastorcitos de 10, 9 y 6 años de edad. No obstante se necesita mucha humildad, sencillez y valor para acogerlo y vivirlo. Podemos resumirlo en tres palabras claves: penitencia, oración y rosario", afirma en su reflexión mariana el Arzobispo de Piura (Perú), Mons. José Antonio Eguren.
Ante la realidad actual, prosigue el Prelado, "el llamado urgente de Nuestra Señora de Fátima a la penitencia, si bien es un llamado maternal, es a la vez es un llamado urgente, claro y rotundo".
"La Virgen María vino del Cielo para recordarnos que nuestra relación con Dios es constitutiva de nuestra condición humana, ya que fuimos creados por Él y para Él, y nuestro destino último es el encuentro plenificador con Dios, Comunión de Amor".
En su mensaje de Fátima, "María nos advierte que aquello que se opone a nuestra felicidad y salvación es el pecado; que el rechazo y el alejamiento de Dios hunden irremediablemente nuestras vidas en la mentira, el egoísmo, y la infelicidad, y finalmente nos conduce a la muerte eterna, al infierno".
Santa María, precisa el Arzobispo, "nos previene para que no caigamos en el juego del demonio, el pérfido dragón que 'con su cola, arrastró un tercio de las estrellas del cielo y las lanzó sobre la tierra'".
"Reafirmamos que el llamado a la penitencia del Corazón de María, de hace ciento tres años, sigue siendo actual, no ha perdido vigencia, y sigue resonando con fuerza hoy en día en que constatamos con dolor que muchas personas y sociedades van lamentablemente en la dirección opuesta al mensaje de Fátima".