Por primera vez en su historia, el Santuario de la Virgen de Fátima en Portugal lleva a cabo las celebraciones los días 12 y 13 de mayo sin peregrinos en el recinto, por la pandemia del coronavirus.
Las celebraciones por el 103 aniversario de las apariciones de la Virgen de Fátima en 1917 comenzaron a las 9:30 p.m. (hora local), solo con la presencia de las personas directamente involucradas en los distintos momentos y separados debidamente para evitar contagios. Todo comenzó con el lucernario en la Capilla de las Apariciones.
En el evento presidido por el Cardenal Antonio Marto, Obispo de Leiria-Fátima, se encendió y se bendijo 21 velas por las diócesis de Portugal; y se animó a que los fieles enciendan una también en las ventanas de sus casas para crear "un manto de luz que recorra el país y el mundo".
Después se rezó el Rosario, en el que se pidió por el fin del coronavirus y se meditaron los Misterios Dolorosos. Luego se realizó una procesión, encabezada por una cruz iluminada, seguida por las personas con sus velas, los sacerdotes y obispos presentes; y la imagen de la Virgen de Fátima que fue portada por cuatro miembros del personal del Santuario con guantes y mascarillas.
En el altar del santuario, el Cardenal Marto presidió la liturgia de la Palabra en la que se leyó el Evangelio de San Lucas 1, 39-45, que relata la visita de la Virgen María a su prima Isabel.
En su homilía, el Cardenal recordó el pedido de los discípulos a Jesús, cuando le dicen: "'Quédate con nosotros Señor porque ya es de noche'. Es la primera invocación ante la noche oscura del mundo que vive una pandemia global. Es una invocación muy diferente de todas las noches del 12 de mayo que son auténticos mares de luz y que hoy parecen un desierto".