El P. Geraldo Morujão es sacerdote de la Diócesis de Viseu (Portugal), cuando tenía 83 años sufrió un paro cardiaco en una piscina cuando visitaba Tierra Santa, estuvo más de 20 minutos en parada cardiorespiratoria y fue dado por muerto por los médicos, pero se pidió al Beato Álvaro del Portillo que intercediera por su curación y despertó sin secuelas.
El 11 de septiembre de 2013 el P. Geraldo Morujão, miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, se encontraba en una peregrinación en Tierra Santa, que había puesto bajo la protección del Beato Álvaro del Portillo.
Según explican desde la Oficina de Comunicación del Opus Dei en Portugal, el P. Morujão decidió practicar natación, su deporte habitual. Sin embargo, poco después de entrar en el agua lo encontraron boca abajo e inerte. Lo sacaron de la piscina. Se veía azul y sus ojos estaban cerrados.
Tras unos 15 o 20 minutos llegó la ambulancia, y aunque usaron un desfibrilador e intentaron el masaje cardíaco, el P. Morujão fue declarado muerto.
Fue trasladado al hospital de Tiberíades y tanto el médico cardiólogo, el doctor Yonathan Hasin, como el neurólogo y el responsable de enfermería concluyeron que no había nada que hacer. Sin embargo, decidieron mantenerle conectado a una máquina de respiración durante unos días porque, según el doctor Yonathan Hasin, en estas situaciones una de cada mil personas se despierta, aunque tienen graves secuelas, ya que el tiempo sin oxigenación cerebral había sido largo.
Llamaron a los familiares del P. Geraldo para que se prepararan para "lo peor", así como para el traslado del cuerpo a Portugal. Sin embargo también comenzó una gran ola de oración para pedir a Dios por la curación del sacerdote a través de la intercesión del Beato Álvaro del Portillo.