Obispos de Venezuela y Colombia unen fuerzas y promueven campaña "No me pesa, es mi hermano" para alentar a la hospitalidad en las fronteras donde transitan migrantes venezolanos que retornan a su país.
Debido a la crisis socio-económica ocasionada por la pandemia del coronavirus, muchos venezolanos migrantes están regresando a su país de origen desde Colombia. Es por ello, que Mons. Pablo Modesto, de la Diócesis de Guasdualito (Venezuela), lanzó una campaña en la frontera con Alto Apure para alentar a la hospitalidad de los que llegan del país vecino.
La Conferencia Episcopal Venezolana informó a la agencia vaticana Fides que a través del puente internacional José Antonio Páez, ubicado en el estado de Apure (Venezuela), las autoridades del municipio reciben cerca de 250 personas todos los días, y que a la fecha, a través de este "corredor humanitario" han ingresado 3 mil venezolanos.
También, explicaron que al llegar, los venezolanos son llevados a centros especiales donde, según lo dispuesto por el gobierno, permanecen en cuarentena por 14 días bajo observación por si manifiestan síntomas relacionados con el COVID-19. Posteriormente, de encontrarse sanos, pueden mudarse a sus ciudades de origen.
Mons. Modesto señaló a Fides que el objetivo de la campaña es "hacer un esfuerzo y crecer en la sensibilidad del corazón, para motivar la solidaridad hacia cualquiera que lo necesite", refiriéndose a los venezolanos que retornan a su país en medio de la crisis mundial del COVID-19.
"Las cosas son difíciles, estamos en tiempos difíciles, pero esta vez podemos convertirlas en una oportunidad, no solo para ser más egoístas y cuidarnos a nosotros mismos, descuidando a los demás, sino que debemos despertar el corazón sensible que tenemos y compartir desde nuestro pobreza, desde nuestra necesidad", señaló el Prelado.