Los Obispos de los Estados Unidos llaman a los funcionarios y empleadores a brindar una mayor protección y apoyo para los trabajadores agrícolas y migrantes y sus familias, durante la actual pandemia de COVID-19.
Una declaración del 29 de abril de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), firmada por cuatro prelados, abogó por que los empleadores de trabajadores migrantes y agrícolas, y los funcionarios de salud pública, reconozcan que "todos los trabajadores necesitan acceso a pruebas gratuitas y atención relacionada con el virus del COVID-19".
Los obispos pidieron a los empleadores renovar sus compromisos de garantizar que la vivienda y el transporte brindados a los trabajadores agrícolas sean seguros y cumplan con las pautas de los Centros para el Control de Enfermedades, que la información sobre prácticas de salud e higiene sea "fácilmente accesible en varios idiomas" y que los trabajadores reciban adecuados Equipos de Protección Personal (EPP).
La declaración fue firmada por el Arzobispo de Filadelfia, Mons. Nelson Pérez, quien es presidente del Comité de Diversidad Cultural de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB); el Obispo de Yakima, Mons. Joseph Tyson, quien dirige el Subcomité de Atención Pastoral de Migrantes, Refugiados y Viajeros (PCMRT) de la USCCB; el Obispo de San José, Mons. Oscar Cantú, quien es el enlace episcopal del PCMRT para el Ministerio de Trabajadores Agrícolas Migrantes; y el Obispo auxiliar de Washington, Mons. Mario Dorsonville, quien es líder del Comité de Migración de la USCCB.
La declaración también señaló la necesidad de planes de emergencia y el establecimiento de protocolos para cuando un trabajador es diagnosticado con COVID-19.
"Para vencer al virus, nadie debe quedar afuera", dijeron los obispos y recordaron las palabras del Papa Francisco, que señaló que "el virus COVID-19 nos enseña que somos una familia humana" y afirmó que "solo podemos salir juntos de esta situación como una humanidad entera".