La crisis de la pandemia del COVID-19 ha afectado duramente a las órdenes religiosas de Nueva York, donde han fallecido al menos 15 personas y deben recaudar dinero para compensar el costo de gastos médicos adicionales.
Cerca de 300 monjas viven en el Centro Maryknoll en Ossining, Nueva York, en el condado de Westchester, a unas 40 millas de Nueva York, la ciudad más afectada por el coronavirus en los Estados Unidos. A la fecha, 3 de ellas han fallecido por COVID-19, 30 religiosas y 10 miembros de su personal están infectados y varias hermanas han presentado baja fiebre y están siendo monitoreadas.
"Recordamos las hermosas almas de nuestras hermanas que han sido llamadas a casa con Dios y rezamos para que nuestras otras hermanas y el personal se recuperen completamente y regresen a casa pronto", dicen las Hermanas de Maryknoll en su sitio web.
"Sigue siendo nuestra principal prioridad contener este virus tanto como podamos, para mantener a salvo a nuestros empleados, al personal del centro, y al resto de nuestras hermanas. Por favor, tenga en cuenta que estamos haciendo todo lo posible para enfrentar esta pandemia y seguir cumpliendo con todos los procedimientos recomendados por el Departamento de Salud", dijeron.
Las Hermanas de Maryknoll están solicitando donaciones para cubrir los cada vez "mayores gastos de las atenciones médicas, suministros médicos y los servicios de limpieza apropiados" y otras nuevas necesidades relacionadas con el virus.
También, los Padres y Hermanos de Maryknoll en Ossining han sido afectados similarmente por la pandemia, pues 123 de los cerca de 288 sacerdotes de la Orden viven en Nueva York, y desde inicios de abril, ya han fallecido diez sacerdotes, de los cuales dos habían dado positivo al COVID-19 y el resto habían experimentado síntomas del virus.