El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Penitenciaria de Argentina, Mons. Juan Carlos Ares, manifestó su preocupación por la situación carcelaria que se agravó con la llegada del coronavirus COVID-19.
El también Obispo Auxiliar de Buenos Aires se refirió a los motines y revueltas que han surgido en algunos centros penitenciarios debido al temor de contagio, como en los penales de Villa Devoto, Nº 23 de Florencio Varela, Boulogne Sur Mer, Melchor Romero, El Borbollón, entre otros.
En entrevista con Radio María Argentina, el Obispo explicó que "un preso dentro de una cárcel no se puede mover con libertad, depende del de afuera" y "si no tiene los elementos de higiene y limpieza, no puede hacerle frente a la pandemia".
"Incluso antes de que comience la cuarentena, los internos fueron los primeros en pedir la suspensión de las visitas familiares, para proteger a sus seres queridos", precisó.
El Obispo señaló que "el hacinamiento y la falta de insumos básicos que ya existía en las cárceles argentinas se ha agravado con la emergencia sanitaria, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. En los penales bonaerenses está la mitad de los presos que hay en la Argentina".
Según el Observatorio de Cárceles en Argentina, la población carcelaria federal es de unas 14 mil personas hasta abril de 2019. Esa cantidad se suma a la informada en 2017, de 85 mil presos de las unidades provinciales.