Al finalizar la 120º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile, los obispos alertaron que el trasfondo de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, antes que sanitario o económico, es "un drama humano".
"Porque la dignidad de la persona humana debe ser el centro de toda política pública, el país espera de todos los actores y autoridades una actitud dialogante, no confrontacional. No es solo una estrategia; es un imperativo ético mirar más al bien común que a las causas o proyectos particulares", expresaron los obispos en su mensaje conclusivo.
"No basta el aplanamiento de una curva o el cumplimiento de una meta económica para superar esta crisis. El trasfondo, antes que sanitario o económico, es el drama humano ante nuestros ojos", agregó.
Ese drama "nos interpela a promover una solidaridad activa y a trabajar en un pacto social para aminorar" el impacto de la cesantía, la angustia y la incertidumbre. "Este empeño requiere el esfuerzo de todos, sin excepción", aseguraron.
"La cercanía de la enfermedad, el dolor y la muerte, nos ha llevado a preguntarnos por el sentido de la vida y las posibilidades de convivencia entre los seres humanos, especialmente frente al sufrimiento de los más necesitados".
Personas sin techo, adultos mayores, inmigrantes, grupos familiares que viven en hacinamiento, sin agua y sin condiciones de salubridad ni conectividad, el dolor de quienes han perdido a familiares o los ven sufrir, episodios de violencia al interior de la familia, el miedo y los problemas de salud mental a causa de esta crisis, describieron.