La ministra de Mujeres e Igualdad del Reino Unido, Liz Truss, anunció el 22 de abril planes para prohibir que los menores se sometan a cualquier procedimiento permanente de cambio de sexo.
En una comparecencia ante el Comité Selecto de Mujeres e Igualdades de la Cámara de los Comunes, Truss dijo que estaba comprometida a asegurar "que los menores de 18 años estén protegidos de las decisiones irreversibles en el futuro que puedan tomar".
Si bien Truss indicó que los adultos son libres de hacer lo que quieran con sus cuerpos, afirmó que "es muy importante que, mientras las personas aún estén desarrollando sus capacidades de toma de decisiones, los protejamos de tomar decisiones irreversibles".
Sin embargo, las declaraciones de la ministra fueron criticadas por sectores que defienden esta práctica.
Mermaids, una organización que apoya a "niños, jóvenes y sus familias transgénero y con diversidad de género", acusó a la ministra de apoyar "la introducción de una nueva forma de desigualdad en la práctica médica británica".
Para esta organización "los jóvenes transgénero deben tener el mismo derecho a tomar decisiones personales importantes que las personas no trans".