El Cardenal australiano George Pell, que recuperó su libertad el 7 de abril tras haber permanecido encarcelado 13 meses por un delito de abusos sexuales que no cometió y del que fue absuelto por la Corte Suprema de su país, compartió su reflexión este Viernes Santo en el diario The Australian.
"He pasado 13 meses en la cárcel por un crimen que no cometí, con una decepción tras otra. Sabía que Dios estaba conmigo, pero no sabía que trataba de hacer, aunque entendía que nos deja a todos ser libres. Con cada respiración siempre fue un consuelo saber que podía ofrecer todo a Dios por algún buen propósito como convertir todos los grandes sufrimientos en energía del espíritu", escribió el Cardenal este viernes 10 de abril.
El Cardenal Pell fue acusado de haber abusado sexualmente de dos niños coristas cuando era Arzobispo de Melbourne (Australia) en 1996. Sus abogados señalaron entonces que la acusación era "simplemente imposible", pero luego de un juicio nulo, fue sentenciado en el segundo. La sentencia fue anulada por la Corte Suprema, que en su fallo resaltó que existe "una posibilidad significativa de que, en relación a los cargos, una persona inocente haya sido condenada".
"Toda persona sufre. Nadie se puede escapar todo el tiempo. Todos somos confrontados con algunas preguntas como ¿Qué debo hacer en esta situación? ¿Por qué hay tanto mal y sufrimiento? ¿Por qué esto me pasa a mí? ¿Por qué tenemos la pandemia del coronavirus?", cuestionó el Purpurado que sirvió durante algunos años como Prefecto de Economía en el Vaticano.
El Cardenal resaltó que "la Pascua le da al Cristiano una respuesta al sufrimiento y a la vida".
"La crisis de abusos sexuales dañó a miles de víctimas. Desde muchos puntos de vista, la crisis también es mala para la Iglesia Católica, pero ya hemos podido dolorosamente extirpar este cáncer moral y esto es bueno. Entonces algunos también pueden considerar al COVID19 como algo malo" y "es un misterio todos los sufrimientos, especialmente las muertes masivas de las plagas y guerras. Sin embargo los cristianos pueden responder mejor que los ateos son capaces de explicar la belleza y la felicidad en la vida".