El Arzobispo de Camagüey, Mons. Wilfredo Pino, invitó a los fieles a que desde ahora se viva con mayor conciencia, fe y amor la celebración de la Misa en Cuba, país donde también la Iglesia debió tomar medidas de distanciamiento social para evitar la propagación del coronavirus.
En marzo los obispos cubanos, acatando las medidas establecidas por el Gobierno para tratar de detener los contagios del COVID-19, anunciaron que serían suspendidas todas las "celebraciones públicas en los templos y comunidades católicas de Cuba".
"Los sacerdotes celebrarán en privado, en horarios conocidos por los fieles, la liturgia correspondiente a cada día. En ese momento las campanas serán tocadas para invitar a unirse espiritualmente desde las casas", agregaron los obispos cubanos, que pidieron a los sacerdotes mantener los templos abiertos según lo permitan las condiciones sanitarias.
En su alocución radial con motivo de Jueves Santo, el Arzobispo de Camagüey recordó que "la Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia" y que "nunca acabaremos de dar suficientes gracias a Dios por este regalo de su Eucaristía".
"Ojalá que, a partir de ahora, vivamos con mayor conciencia, fe, amor y gratitud cada Santa Misa y acudamos con más frecuencia a visitar a Jesucristo en el Sagrario, con una profunda actitud de adoración y veneración. Y, si de verdad lo amamos, hagamos que nuestro amor a Él se convierta en obras de caridad y de auténtica vida cristiana. Sólo así seremos un verdadero testimonio de Cristo ante el mundo", expresó.
Las palabras de Mons. Pino fueron transmitidas por Radio Cadena Agramonte, luego que el Gobierno accediera al pedido del Episcopado para que cada obispo tenga en su territorio una alocución radial de 30 minutos el Domingo de Ramos, el Jueves y Viernes Santo, y el Domingo de Resurrección.