REDACCION CENTRAL,
En el mundo se han reportado 2.9 millones de personas fallecidas a causa del coronavirus COVID-19 y las medidas de seguridad han impedido que muchos de los familiares puedan despedirse de sus seres queridos, lo que hace muy difícil el duelo por la pérdida.
El religioso camilo José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud San Camilo, experto en humanización de la salud, counselling y duelo en Madrid (España) concedió una entrevista a la Revista Ecclesia en abril del 2020, en donde explicó cómo se puede afrontar la muerte.
"Es muy duro. Muchas personas se habían prometido fidelidad 'en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas, todos los días de la vida'. Y ahora, en esta crisis, los motivos de salud comunitaria nos obligan a estar separados en la pena más grande: la separación final, la muerte. Nos expresamos, en el cuidado recíproco, la naturaleza de nuestro amor, de nuestro vínculo. Y ahora nos vemos privados de esta clave de oro del amor: la presencia en el morir", expresa.
Por eso, en esta entrevista animó a "reaccionar con creatividad y reforzar el sentimiento comunitario. Traspasar en el corazón la confianza a los cuidadores profesionales, transmitirles mensajes que puedan hacerles llegar a los enfermos aislados, hacérselos llegar con las tecnologías de la comunicación que se pueda, suplir la caricia física por la caricia emocional y espiritual".
"La palabra también tiene el poder de acariciar. La ausencia de ritos y solidaridad en los primeros momentos de duelo es otra variable de sufrimiento que puede dificultar el trabajo de elaboración del dolor por la pérdida de un ser querido. Hay personas que están reaccionando con creatividad y creando asambleas virtuales y oraciones, y ritos que son seguidos en comunidad virtual. Son oportunidades de expresión de la solidaridad en tiempos de distancia física", precisó el religioso camilo.
También destacó que para superar el duelo es necesario "el dinamismo de la esperanza. Es propio de la esperanza lamentarse, en un primer momento. El que se lamenta es porque desea que las cosas no sean como son, sino de otra manera. Ahora bien, el que se instala en la lamentación no arranca el dinamismo de trabajar porque se haga realidad lo que anhela. Por eso, es penoso recrearse en el drama".