Mientras los sudafricanos continúan en cuarentena nacional de 21 días para controlar la propagación de COVID-19, el Obispo de Mthatha ha pedido al clero y a los religiosos que consideren hacer sacrificios que incluyan donaciones de sus propias reservas de alimentos para ayudar a las personas afectadas por la orden de quedarse en casa.
"Será necesario continuar con fuerza con el programa de alimentos para los hambrientos. Posiblemente esta situación nos pida como clero compartir nuestra propia comida porque los recursos de los fieles no serán suficientes", escribió Mons. Sithembele Sipuka en su boletín mensual.
El primer vicepresidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), Mons. Sipuka, indicó que su corazón está con las personas que viven del día a día, "vendiendo y haciendo trabajos a destajo", y que se ven afectadas por esta cuarentena, al no poder trabajar y no tener medios para mantenerse.
El Prelado reflexionó sobre la vulnerabilidad de las personas que viven en situaciones precarias, familias que no tienen el espacio suficiente para mantener la distancia social, y alertó que si una de ellas llega a infectarse será difícil "no tener una infección en serie".
Desde su punto de vista, "hay una razón para estar preocupado y asustado porque una vez que esta pandemia golpea áreas pobres, diezmara a un gran número de personas, ¡será una plaga! Con un número diario cada vez mayor de infectados, es preocupante que las infecciones ahora provengan desde las mismas comunidades".
Mons. Sipuka imploró rezar "a Dios para que la cuarentena traiga el efecto deseado y la gente pueda continuar ganándose la vida".