"La distancia ¿sabes? es como el viento, apaga el fuego pequeño pero enciende aquellos grandes" (Canción: "La distancia es como el viento" de Domenico Modugno)
Hoy cumplimos 22 días aquí en San Pedro Sula, Honduras luego de quedarnos varados en medio de esta pandemia mundial. Nunca en nuestros 28 años de matrimonio me había separado tantos días de ti. A pesar de estar acompañado de mis hijos y de permanecer alojados en una maravillosa familia amiga, me sigue resultando insoportable tu ausencia desde el primer día. Por ello te escribo esta carta (a la antigua) esta vez en prosa y no en verso como en una ocasión anterior.
En ocasiones nos han dicho: ¡Seguro que ustedes ya estarán acostumbrados con tantos viajes! Pues lo bueno es que ni tu ni yo nos hemos acostumbrados a estar separados y gracias a Dios que así sea. De pronto se me vino a la mente esta hermosa canción italiana y esta frase del encabezado, donde cambiando la palabra fuego por la palabra "amor", podemos encontrar una razón para sonreír en medio de tanta noticia triste y tanta distancia entre nosotros.
Que me perdonen Skype, Whatsapp y Zoom, a quienes igual les guardo gratitud pues me dejan ver tu rostro y hablarte a distancia, yo sigo extrañando estar contigo, abrazarte y besarte, compartir un Juan Valdez y un sándwich La Lucha, luego de ver una comedia romántica de las que tanto te gustan y yo tanto detesto…jejeje. Que no daría yo ahora y siempre, por vivir de nuevo nuestras muy predecibles "escapadas".
Que me perdonen las parejas que consideran asfixiante el vivir y trabajar juntos, viéndose todo el tiempo. Yo sigo extrañando estar contigo, mirar la agenda de presentaciones, ver nuestras finanzas (casi siempre anémicas), ver tu rostro cuando te muestro una canción nueva y cuando nos pedimos perdón luego de alguna discusión. Puede que suene ilógico para muchos, pero daría cualquier cosa por estar y vivir de nuevo contigo, hasta los momentos difíciles y las reconciliaciones por supuesto.
Que me perdone el famoso Covid-19, que me impedirá por un tiempo, abrazarte y besarte tan pronto nos volvamos a ver en persona. Yo respiraré tranquilo en medio de esta prueba, pues nuestro amor sigue más vivo que nunca. Quizás no derrame lágrimas, pero tú ahora sientes mi nostalgia. Tal vez tenga días malos donde volveré a estar insoportable a futuro, pero tú ahora sabes que no podría vivir sin ti. Quizás nos toque vivir tiempos de angustia, carencia y persecución, pero luego de todo lo que ya hemos superado juntos, repetiremos como San Pablo: