VATICANO,
Jesús, en la Cruz, "se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado". Así lo señaló el Papa Francisco durante la Misa celebrada este martes 31 de marzo en Casa Santa Marta.
El Pontífice, en su homilía, estableció un paralelismo entre la Cruz de Cristo y la serpiente de bronce que Dios mandó a Moisés fabricar y levantar sobre un mástil para que aquellos que habían sido mordidos por las serpientes durante la huida del pueblo de Israel por el desierto, se curaran.
El Papa explicó que la serpiente es un símbolo del diablo: "precisamente, es el animal que emplea el diablo para inducir al pecado".
El pueblo de Israel, cansado de vagar por el desierto en busca de la tierra prometida, se alzó contra Moisés: "¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable". Una vez, más, el pueblo siente nostalgia de la esclavitud en Egipto.
Ante esa actitud de los israelitas, Dios se enfadó y "mandó contra el pueblo serpientes abrasadoras y a quienes mordían, morían".
El Papa subrayo que la serpiente es siempre la imagen del mal, y de esa manera, "el pueblo vio en la serpiente el pecado, aquello que ha hecho mal". Entonces, "acude a Moisés y dice: 'Hemos pecado porque hemos hablado contra el Señor y contra ti. Suplica al Señor que aleje de nosotros a estas serpientes".