El Obispo de Pemba (Mozambique), Mons. Luiz Fernando Lisboa, calificó como vergonzoso la situación que atraviesa el país, luego del último ataque a la diócesis a mano de yihadistas.
El pasado lunes 23 de marzo, un grupo armado atacó y ocupó la ciudad de Mocímboa, en la provincia de Cabo Delgado (Mozambique), según señalan medios locales.
Los atacantes quemaron edificios, liberaron a los presos de la cárcel local, patrullaron las calles, e izaron banderas negras en edificios, incluidos algunos emblemáticos, como una demostración de fuerza.
Las banderas causaron "caos y pánico", ya que el color negro identifica a los grupos yihadistas.
En declaraciones a la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Mons. Lisboa indicó que los terroristas "entraron y salieron como quisieron, no hubo una fuerte reacción de las fuerzas de seguridad. Muchos huyeron porque los atacantes eran más numerosos, así que estos se llevaron ropa, armas, comida, coches y ropa de los militares".
"El llamado refuerzo de las fuerzas de defensa llegó sólo después de que se habían retirado", explicó, y recalcó que los yihadistas dejaron un mensaje donde indicaban que volverían.