El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España) recordó en su carta semanal que el pasado 25 de marzo se celebró la jornada por la Vida en medio de "esta Cuaresma marcada por el coronavirus" y que "quien ama a Dios, ama la vida". Por eso animó a "poner nuestra vida confiadamente en manos de Dios. En medio de la desolación, tenemos una oportunidad de gracia: abrirnos a Dios con todas las consecuencias. Abrámonos todos a Dios. Él, solo Él, es quien da el verdadero sentido a la vida" especialmente ante la pandemia de coronavirus.
Según explicó el Arzobispo de Madrid, en los materiales que la Conferencia Episcopal Española preparó para esa jornada antes de que estallara la pandemia se invitaba a ser sembradores de esperanza, a "llenar de esperanza el momento de la muerte, acoger y sostener a su familia y seres queridos e iluminar la tarea de los profesionales de la salud".
Algo que según precisó "en las dolorosas circunstancias que estamos viviendo, esto parece más importante si cabe".
"Nuestro Dios es un Dios de la vida. Sabemos que la vida es un don del que no podemos disponer y, por ello, la Iglesia se hace pregonera de los derechos fundamentales de cada persona", aseguró el Cardenal Osoro.
Y recordó que en estos días "de confinamiento y contagios que crecen sin parar, estamos viviendo de un modo especial lo que supone ser extremadamente vulnerables y sentirse a la intemperie", "emocionalmente es durísimo no poder despedir a un ser querido fallecido como quisiéramos, o simplemente no poder abrazarnos y besarnos".
Por eso animó a "poner nuestra vida confiadamente en manos de Dios. En medio de la desolación, tenemos una oportunidad de gracia: abrirnos a Dios con todas las consecuencias. Abrámonos todos a Dios. Él, solo Él, es quien da el verdadero sentido a la vida".