Planned Parenthood y otras clínicas abortistas incumplen en Estados Unidos órdenes estatales y utilizan los recursos necesitados para proteger a los trabajadores de salud que luchan contra el coronavirus.
El 20 de marzo, el fiscal general adjunto de Ohio, Jonathan Fukerson, envió una carta a Planned Parenthood y a otras clínicas abortistas para que detengan todos los abortos quirúrgicos "no esenciales o electivos"; y afirmó que las clínicas abortistas están utilizando erróneamente recursos que deberían conservarse para los trabajadores de la salud que luchan contra el nuevo coronavirus.
El 17 de marzo, el Departamento de Salud de Ohio ordenó cancelar "todas las cirugías electivas o no esenciales" que utilicen equipos de protección personal antes de las 5:00 p.m. del 18 de marzo, para "preservar" estos recursos o equipos "destinados a los proveedores de atención médica que están luchando contra la pandemia COVID-19 que se está extendiendo en nuestro estado y también, para preservar la capacidad y los recursos críticos del hospital".
"Este es un tiempo sin precedentes en la historia del estado y todos deben hacer su parte para ayudar a detener la expansión de esta enfermedad", dijo Fukerson en una carta dirigida al centro de cirugía del suroeste de Ohio de Planned Parenthood.
"Si tú o tu centro no dejan inmediatamente de realizar abortos quirúrgicos electivos o no esenciales, de conformidad con la orden adjunta, el Departamento de Salud tomará todas las medidas correspondientes", añadió. Sin embargo, los afiliados de Planned Parenthood de Ohio sugirieron que creían que la orden del departamento de salud no se aplicaba a su trabajo.
Según informa el despacho de informes de Columbus, Iris Harvey, presidenta y CEO de Planned Parenthood de Gran Ohio y Kersha Deibel, presidenta y CEO de Planned Parenthood de la región suroeste de Ohio declararon en un comunicado que no acatarían la orden al suponer que ésta no afecta a los abortos quirúrgicos que ellos realizan.