El Arzobispo italiano Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, explicó cómo se vive la emergencia del coronavirus en Tierra Santa.
"El cierre de los lugares de culto junto con la casi total limitación de las celebraciones religiosas, especialmente la falta de celebraciones eucarísticas, ha golpeado fuertemente a nuestras comunidades", dijo Mons. Pizzaballa en diálogo con CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
Al principio, explicó el Arzobispo, los fieles no aceptaron que no hubiera Misa, en particular "en una poblado palestino la gente quiso obligar al párroco a 'cumplir sus deberes' y celebrar Misa 'de manera fuerte y convincente'".
Este episodio, dijo el Prelado, "revela que esto fue un shock, ya que ni siquiera en tiempos de guerra se suspendió las Misas". Al mismo tiempo "todo está ahora detenido, también porque las autoridades civiles están vigilando estrictamente la situación".
Ante esta realidad, los sacerdotes están "transmitiendo las Misas por streaming, están haciendo catequesis en línea y están visitando a las familias". Con esto quieren mostrar que "si la gente no puede ir a la iglesia a las celebraciones, entonces ellos llevan la Eucaristía a la gente con las debidas precauciones".
A comienzos de marzo el Patriarcado Latino ordenó una serie de medidas como dar la Comunión solo en la mano, que los funerales se celebrarán con la menor cantidad de gente posible, y que las Misas se oficiaran con un máximo de 15 personas.