Un capellán en el hospital principal para pacientes con COVID-19 de Roma narra su experiencia en el servicio a los enfermos, y señala que la diferencia en su ministerio es que debe tratar de llevar a Cristo y suplir necesidades espirituales a través del vidrio de aislamiento.
El P. Cesar Pluchinotta es uno de los dos sacerdotes del Hospital Spallanzani, sede del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Roma. Asignado hace solo seis meses, ahora lidia con la realidad de llevar los sacramentos a los pacientes bajo aislamiento, en el lugar que se ha convertido en el "Hospital COVID 1" de la región.
A medida que Roma reacciona al creciente número de casos de coronavirus, los hospitales son designados específicamente para tratar las infecciones por COVID-19, para aislar el virus y mantener seguros a otros pacientes.
Hasta el 18 de marzo, había 194 pacientes con coronavirus en el Hospital Spallanzani. De estas personas, 19 reciben asistencia respiratoria. La región del Lazio tiene 418 pacientes hospitalizados con coronavirus en general, de los cuales 32 han muerto a causa de la pandemia.
"Existe un peligro no solo para nosotros sino también para el resto del hospital y el personal, por lo que tenemos que cuidar nuestra salud, no solo por nosotros sino para todas las demás personas con las que tenemos contacto", dijo el P. Pluchinotta a CNA – agencia en inglés del Grupo ACI.
El sacerdote dijo que su rutina antes del brote de coronavirus era ir de una habitación a otra, tratando de visitar a todos los pacientes diariamente. Pero debido al aumento de las medidas de seguridad "no podemos entrar a las habitaciones como solíamos hacer".