El prefecto de la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal Joao Braz de Aviz, envió un mensaje a los consagrados y consagradas del mundo para alentarlos a vivir la obediencia serena y a rezar incesantemente ante la epidemia del coronavirus.
En el texto con fecha 16 de marzo y que también lleva la firma del Arzobispo español José Rodríguez Carballo, secretario del dicasterio, se hace referencia al testimonio que pueden dar los consagrados al mundo ante esta emergencia de salud pública.
"El testimonio más eficaz que podemos dar es, en primer lugar, la obediencia serena y convencida a lo que nos piden los que nos gobiernan, tanto a nivel estatal como eclesial, a todo lo que se dispone para la salvaguardia de nuestra salud, como ciudadanos privados y como comunidades", indica la misiva.
"¡Autoridades, gobernantes, profesionales de la salud de todos los niveles, voluntarios de Protección civil y Fuerzas armadas, todos aquellos que ofrecen su valioso trabajo por esta calamidad sean objeto de nuestra oración y del ofrecimiento de nuestros sacrificios!".
"No dejemos de dar la valiosa aportación que cada uno puede dar con una oración continua e incesante", señala el Cardenal Braz y Mons. Rodríguez.
Tras alentar a la oración incesante y el ofrecimiento a Dios que significa el "gran sacrificio que comporta no participar en la celebración eucarística", el Cardenal pidió que "aquellos que puedan no dejen de mostrar signos concretos de cercanía a nuestro pueblo, siempre en conformidad con las disposiciones dadas por las autoridades a este propósito".