REDACCION CENTRAL,
Con las Misas públicas suspendidas en varios países debido al rebrote del COVID-19, obispos y párrocos han sugerido a los católicos orar con mayor intensidad y participar de las Misas en línea, haciendo la comunión espiritual desde casa.
En marzo de 2020, el P. Dan Folwaczny, de la parroquia St. Norbert and Our Lady of the Brook en Northbrook, Illinois (Estados Unidos), dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que ver la Misa en línea o en la televisión es una forma de que los católicos se mantengan conectados con la parroquia y con la Iglesia. Esta reflexión mantiene toda su vigencia al cumplirse un año de la pandemia.
El templo de este sacerdote decidió transmitir la Misa en vivo después de que la Arquidiócesis de Chicago suspendió las Eucaristías públicas. Ahora el P. Folwaczny apoya las iniciativas digitales o remotas para vivir la Misa y realizar la comunión espiritual.
"Al hacer una comunión espiritual, la persona le pide a Dios, en oración, en esos momentos en que Él sabe que no es posible recibirlo, que al menos pueda llegar a nuestros corazones espiritualmente, venir a nuestras vidas, continuar llenándonos de la gracia que necesitamos para sostenernos", explicó el P. Folwaczny.
Durante la mayor parte de la historia de la Iglesia, hasta principios del siglo XX, los católicos no recibían habitualmente la Eucaristía todos los domingos.
El P. Folwaczny espera que este momento incierto ayude a los católicos a "entrar en una solidaridad más profunda con las personas de todo el mundo" que aún no tienen acceso a las Misas regulares, ya sea por la lejanía de su ubicación, por vivir escasez de sacerdotes o la amenaza de violencia.