Un sacerdote de un pequeño pueblo del norte de Italia, la región más afectada por el coronavirus, celebró una Misa privada acompañado de los selfies que se tomaron sus parroquianos para sentirse más cercanos.
El 8 de marzo la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) informó que siguiendo las instrucciones del Gobierno se suspendían hasta el 3 de abril todas las ceremonias religiosas públicas. Desde entonces varios sacerdotes celebran la Eucaristía de forma privada y algunos las transmiten por internet.
Uno de los que se sumó a las celebraciones privadas fue el P. Giuseppe Corbari, párroco de la iglesia Robbiano en la ciudad de Giussano, en la región de Lombardía. Sin embargo, tuvo la idea de estar acompañado por las fotos de sus feligreses colocadas en las bancas del templo.
"Esta idea surgió debido a una necesidad personal: tener que celebrar la Misa solo fue algo bastante triste, incluso si la Misa tiene su propia eficacia. Entonces, les pedí a mis feligreses que me dieran una foto, un selfie de ellos y luego las imprimí y las pegué en los bancos y en los asientos de esta maravillosa iglesia", explicó.
"Ahora, cuando celebro Misa, tengo su compañía y me siento cerca de ellos", afirmó a la prensa internacional.