La pandemia del coronavirus COVID-19 ha llevado a varios países declarar el estado de emergencia para evitar el aumento de infectados, y a los obispos a tomar medidas para prevenir más casos, sin descuidar la atención pastoral de los fieles.
Sin embargo, no es la primera vez que la Iglesia se enfrenta a una emergencia sanitaria generalizada, pues a mediados del siglo XIV la plaga considerada "la catástrofe más grande de la historia", llamada "peste negra", devastó Europa y dejó 50 millones de fallecidos, cerca del 60% de la población, una tasa de mortalidad mucho mayor que el coronavirus.
La magnitud de la peste negra hacía que los cadáveres quedasen superpuestos en pozos cavados en el suelo, esto, sumado a la falta de avances en la medicina, hizo que la gente se aferrara a su fe para mantener la esperanza. Durante esta época, los fieles pidieron la intercesión de 14 santos en contra de la plaga y otras desgracias.
De acuerdo al Nuevo Movimiento Litúrgico, la devoción a estos 14 santos se inició en Alemania, donde se les llama "Nothelfer", que significa "ayudantes en la necesidad". A medida que la peste resurgió a lo largo de las décadas, la devoción a estos "santos ayudantes" se extendió a otros países y el Papa Nicolás V declaró que toda devoción venía con indulgencias especiales. La introducción a la fiesta de los "santos ayudantes" se halla en el Misal de Cracovia de 1483.
"La misa de los 14 santos ayudantes aprobada por el Papa Nicolás V, es poderosa para quienes tienen grandes enfermedades, angustias, tristeza o cualquier tribulación que se pueda tener. Es poderosa también para los detenidos y prisioneros, los comerciantes y peregrinos, para quienes han sido sentenciados a muerte y están en guerra, para las mujeres que luchan en el parto o con un aborto espontáneo, por el perdón de los pecados y por los fallecidos."
La colecta por la fiesta en el Misal de Bamberg dice: "Dios todopoderoso y misericordioso, que adornaste a tus santos Jorge, Blas, Erasmo, Pantaleón, Vito, Cristóbal, Denis, Ciriaco, Acacio, Eustacio, Gil, Margarita, Bárbara y Catalina, con privilegios especiales por encima de todos los demás, de modo que todos los que imploren su ayuda cuando estén en necesidad de acuerdo con la gracia de Tu promesa, puedan lograr el efecto saludable de sus súplicas, concédenos, te suplicamos, perdón por nuestros pecados, y con la intercesión de los méritos de los santos, libéranos de todas las adversidades y escucha nuestras oraciones".