VATICANO,
En la Misa celebrada este 12 de marzo en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió el peligro de la indiferencia al saber mucha información, pero tener el corazón cerrado que hace olvidar el dolor del otro y pidió rezar juntos por los gobernantes que deben tomar decisiones ante la pandemia del coronavirus COVID-19.
"Continuamos a rezar juntos en este momento de pandemia por los enfermos, por los familiares por los padres con los niños en casa y sobre todo yo quisiera pedir rezar por las autoridades, ellos deben decidir, y muchas veces decidir sobre medidas que no le gustan al pueblo, pero es por nuestro bien. Muchas veces las autoridades se sienten solas, no entendidas. Recemos por nuestros gobernantes que deben tomar las decisiones de estas medidas para que se sientan acompañadas por la oración del pueblo", pidió el Pontífice al inicio de la Eucaristía.
Durante su homilía, el Santo Padre se centró en la narración del Evangelio de San Lucas (16:19-31) en el que Jesús narra la historia de dos personajes: un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas y de un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico.
"Esta narración de Jesús es muy clara. Puede parece una narración para niños, muy simple. Jesús quiere indicar con esto no solo una historia sino la posibilidad de que toda la humanidad viva así, también nosotros vivimos así", advirtió el Papa.
Al continuar con su reflexión, el Pontífice subrayó también que el rico "era feliz así, no tenía preocupaciones, tomaba alguna precaución, quizá alguna medicina en contra del colesterol, pero continuaba en los banquetes. Así la vida iba bien, estaba tranquilo" pero, sin embargo, "en su puerta estaba un pobre, Lázaro se llamaba, él sabía que estaba el pobre así, pero le parecía natural".
Por ello, Francisco realizó dos consideraciones sobre esta narración del Evangelio. En primer lugar, "el hecho de que el rico sabía que estaba este pobre y que también sabía el nombre de Lázaro, pero no le importaba, le parecía natural. El rico hacía sus negocios que al final quizá iban contra el pobre, conocía bien claramente, era informado de esa realidad".