VATICANO,
El Papa Francisco afirmó que en todas las personas existe un rayo y un anhelo de luz, "incluso en los corruptos", en aquellos donde ese rayo de luz "está enterrado bajo escombros de engaños y mentiras".
El Pontífice presidió la Audiencia General de este miércoles 11 de marzo desde la Biblioteca del Palacio Apostólico al estar suspendidas las celebraciones públicas en el Vaticano y en Italia como consecuencia de la epidemia del coronavirus COVID-19.
En su catequesis, el Pontífice continuó con la serie sobre las bienaventuranzas y se centró en la cuarta: "Bienaventurados aquellos que tienen hambre y sede de justicia, porque serán saciados".
Francisco recordó que "hambre y sed son necesidades primarias que afectan a la supervivencia". Pero en este caso concreto, "¿qué significa tener hambre y sed de justicia? No estamos hablando de aquellos que quieren venganza, de hecho, en las bienaventuranzas anteriores hemos hablado de piedad".
El Papa reconoció que "las injusticias hieren a la humanidad, la sociedad humana tiene urgencia de igualdad, de verdad y de justicia social. Recordemos que el mal infringido a las mujeres y hombres del mundo llega hasta el corazón de Dios Padre. ¿Qué padre no sufriría por el dolor de sus hijos?".
No obstante, subrayó que "en toda persona, incluso en las personas más corruptas y alejadas del bien, hay escondido rayo de luz, incluso si se encuentra enterrado bajo escombros de engaño y de errores, pero siempre está la sed de la verdad y del bien, que es la sed de Dios".