VATICANO,
En la Santa Misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta este 10 de marzo, el Papa Francisco rezó por quienes sufren la epidemia del coronavirus y por los sacerdotes para que tengan la valentía de llevar la Palabra de Dios y la Eucaristía.
"Continuamos a rezar juntos por los enfermos, por los operadores sanitarios, por tanta gente que sufre esta epidemia. Rezamos al Señor también por nuestros sacerdotes para que tengan la valentía de salir e ir hacia los enfermos, llevando la Palabra de Dios y la Eucaristía, y acompañar los operadores sanitarios, los voluntarios, en este trabajo que están haciendo", pidió el Papa.
Así lo indicó en la Misa privada transmitida en vivo este martes por voluntad del mismo Papa Francisco para permitir a quienes lo deseen "seguir las celebraciones en unión de oración con el Obispo de Roma" tras las medidas adoptadas por las autoridades italianas para evitar la propagación del coronovaris COVID-19.
Las medidas aplicadas implican la suspensión de todas las Misas públicas en Italia, incluida la Diócesis de Roma y el Vaticano, hasta el próximo 3 de abril, además de la suspensión de escuelas, competencias deportivas, cierre de cines, museos, incluídos los Museos Vaticanos.
En su homilía pronunciada en la Misa de este martes, el Santo Padre dijo que "ayer la Palabra de Dios nos enseñaba a reconocer nuestros propios pecados y a confesarlos, no solo con la mente sino también con el corazón, con un espíritu de vergüenza" y agregó "la vergüenza como la actitud más noble, delante a Dios por nuestros pecados".
"Hoy el Señor nos llama a todos nosotros pecadores a dialogar con Él, porque el pecado nos encierra en nosotros mismos, nos hace esconder, esconder nuestra verdad. Es lo que le sucedió a Adán y Eva por el pecado se escondieron, porque tenían vergüenza, estaban desnudos. El pecador cuando siente vergüenza tiene la tentación de esconderse. El Señor llama: vengan, disputemos, dice el Señor, hablemos de tu situación, no tengan miedo", explicó el Papa.