Unos 300 fieles de Argentina y Chile celebraron el 1 de marzo la tradicional Misa por la hermandad en el paso fronterizo Mamuil Malal, para recordar 70 años del pacto de paz y unión entre ambas naciones.
La Misa realizada a los pies de la icónica imagen del Cristo Crucificado del Tromen, levantada por el primer Obispo de Osorno (Chile), Mons. Francisco Valdés Subercaseaux, fue presidida por el Obispo de Neuquén (Argentina), Mons. Fernando Croxatto, y por el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier (Chile), en compañía de sacerdotes y diáconos de ambos países.
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En su homilía Mons. Croxatto expresó que la Cuaresma, un tiempo para preparar "la Pascua queremos vivirlos unidos al Corazón de Jesús. Que en la oración, el ayuno y la limosna podamos progresar, crecer y madurar en el misterio de Cristo, que es el misterio de nuestra salvación".
"Venimos también cargados con todo lo que vivimos de un lado y del otro, tantas tensiones y conflictos, para que como cristianos los pongamos delante del Señor, como invitados a entrar en este desierto con Jesús, que es un trabajo en el corazón. Porque sabemos que afuera hay muchas guerras, pero que el mayor combate lo tenemos adentro nuestro", reflexionó.
En ese sentido, "necesitamos entrelazarnos, hacer fraternidad. Es un desafío del mundo de hoy. Hay muchas guerras y violencia, en nuestras mismas familias, en nuestros pueblos, en nuestra vecindad. Hay mucha tensión en el corazón y nosotros los cristianos, llenos de ese amor de Jesús, debemos brindarnos desde ese amor a los otros, ser ese paño donde se aflojan todas las tensiones", manifestó Mons. Croxatto.