Un grupo de fanáticos musulmanes torturaron y asesinaron a un joven cristiano pakistaní por ingresar a una piscina y "ensuciar" el agua; además, la familia denunció que los sospechosos fueron liberados y están amenazando con hacer lo mismo a otros cristianos del lugar.
El viernes 28 de febrero falleció Saleem, joven cristiano de 22 años que fue brutalmente torturado y asesinado por un grupo de fanáticos islámicos en Bhagyana, Kasur (Pakistán), mientras se bañaba en una piscina de pozo de agua, cuyo propietario es un musulmán de gran influencia local. Para sus asesinos, la víctima era un "intocable" que "ensució" el agua de la piscina.
En declaraciones a AsiaNews, el padre de Saleem, Ghafoor Masih, dijo que su hijo acababa de terminar de trabajar, cuando los homicidas lo sacaron de la piscina y lo arrastraron a una granja cercana. Allí, lo encadenaron y torturaron con cables eléctricos y una vara de hierro caliente. Luego, casi muerto, fue abandonado en el campo, donde fue encontrado por unas personas.
Saleem fue trasladado por su familia al hospital de Lahore (Pakistán), pero luego de tres días de agonía murió por fracturas múltiples y daño hepático y renal. Fue enterrado por sus familiares y amigos el sábado 29 de febrero. El ministro provincial de Derechos Humanos y Minorías, Ijaz Aalam, asistió a su funeral y dijo que se hará justicia.
Al principio dos personas vinculadas con el homicidio fueron arrestadas; sin embargo, fueron liberadas de inmediato bajo fianza. Una de ella luego señaló que cualquier cristiano que se atreviera a regresar a su tierra terminaría como Saleem. Actualmente, hay de 150 a 200 cristianos viviendo en Bhagyana.
La familia y amigos de la víctima acusaron a la policía por no hacer nada por resolver el caso y por encubrir a los culpables, al haber tomado partido por el propietario y sus cómplices.