VATICANO,
En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta de este 25 de febrero, el Papa Francisco advirtió sobre el peligro de la "ansiedad de la mundanidad" que consiste en desear ser "más importante que los demás" y sobre "la envidia del diablo" por la que entra el mal en el mundo, ya que "la envidia es una termita que te lleva a destruir, a hablar mal, a aniquilar al otro".
Así lo indicó el Santo Padre al comentar el pasaje del Evangelio de San Marcos en el que Jesús dice a sus discípulos que quien quiere ser el primero está llamado a ser el último y ser el servidor de todos.
"Esta ansiedad de mundanidad, esta ansiedad de ser más importante que los demás y decir: '¡No! Yo merezco esto, no lo merece el otro'. Esta es la mundanidad, éste es el espíritu del mundo y quien respira este espíritu, respira la enemistad de Dios. Jesús, en otro pasaje, dice a los discípulos: 'O están conmigo o están contra mí'. No hay compromisos en el Evangelio. Y cuando uno quiere vivir el Evangelio haciendo compromisos, al final se encuentra con el espíritu mundano, que siempre trata de hacer compromisos para trepar más, para dominar, para ser más grande", señaló el Papa.
En esta línea, el Pontífice destacó que muchas guerras y muchas peleas provienen precisamente de estos deseos mundanos y de las envidias. Como la que había entre los apóstoles:
"Ese es el espíritu del mundo y eso no es cristiano. '¡No! ¡Es mi turno! Tengo que ganar más para tener más dinero y más poder'. Éste es el espíritu del mundo", puso como ejemplo el Papa quien alertó también sobre "la maldad de los chismes: las habladurías".
Por ello, Francisco añadió que la maldad de los chismes viene "de la envidia" y explicó que "el gran envidioso es el diablo, lo sabemos, la Biblia lo dice. Por envidia. Por la envidia del diablo entra el mal en el mundo. La envidia es una termita que te lleva a destruir, a hablar mal, a aniquilar al otro".