El Papa Francisco recibió en un encuentro privado en la Casa Santa Marta en el Vaticano al expresidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, condenado a 8 años y 10 meses de prisión y que solicitó a la justicia brasileña la postergación de una audiencia, en el marco de la "Operación Zelotes" acusado de corrupción, para así poder reunirse con el Pontífice.
El encuentro, que no estaba en la agenda del Santo Padre divulgada por la Oficina del Prensa del Vaticano para el jueves 13 de febrero, duró aproximadamente una hora.
Fuentes diplomáticas indicaron a ACI Digital –agencia en portugués del Grupo ACI– que la ausencia del encuentro en la agenda del Papa se debió a que Lula, que fue presidente de Brasil durante dos mandatos consecutivos, visitó al Pontífice en calidad de ciudadano y no de exmandatario.
Esta es la primera vez que Lula salió de Brasil luego de dejar la prisión de Curitiba y tras la reducción de la sentencia que originalmente era de 12 años de cárcel.
"Mi visita tuvo como objetivo principal conversar con el Papa Francisco el tema de la desigualdad y el asunto de su lucha en defensa de una buena política ambiental", dijo Lula a los periodistas.