VATICANO,
En su exhortación apostólica postsinodal "Querida Amazonia", publicada este 12 de febrero, el Papa Francisco no abrió la puerta a la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados para celebrar la Eucaristía en zonas remotas y aisladas de la selva amazónica.
Después de meses de especulaciones, surgidas a raíz de la propuesta incluida en el Documento Final del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía, celebrado del 6 al 27 de octubre de 2019 en Roma, el Pontífice descartó esa posibilidad en Querida Amazonia.
En el punto 111 del Documento Final del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía se proponía "establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente, en el marco de la Lumen Gentium 26, de ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica".
Sin embargo, el Pontífice, en el punto 87 de "Querida Amazonia", señala que "ese carácter exclusivo recibido en el Orden" capacita sólo al sacerdote "para presidir la Eucaristía". Y subraya que "esa es su función específica, principal e indelegable".
El Papa recuerda que Cristo "es cabeza de la Iglesia", y señala en el punto 88 que "el sacerdote es signo de esa Cabeza que derrama la gracia ante todo cuando celebra la Eucaristía, fuente y culmen de toda vida cristiana".
"Esa es su gran potestad, que sólo puede ser recibida en el sacramento del Orden sacerdotal. Por eso, únicamente él puede decir: 'Esto es mi cuerpo'. Hay otras palabras que sólo él puede pronunciar: 'Yo te absuelvo de tus pecados'. Porque el perdón sacramental está al servicio de una celebración eucarística digna. En estos dos sacramentos está el corazón de su identidad exclusiva".