VATICANO,
La preocupación por el futuro de la selva amazónica, de su frágil equilibrio ecológico, del futuro de sus habitantes, de la labor misionera de la Iglesia, centra la Exhortación Apostólica Postsinodal del Papa Francisco "Querida Amazonia", firmada el pasado 2 de febrero, resultado de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, celebrada en Roma del 6 al 27 de octubre de 2019.
Se trata de un texto de 25 páginas estructurado en 4 partes y una conclusión en la que el Pontífice, según asegura él mismo, desea "aportar un breve marco de reflexión que encarne en la realidad amazónica una síntesis de algunas grandes preocupaciones que ya expresé en mis documentos anteriores y que ayude y oriente a una armoniosa, creativa y fructífera recepción de todo el camino sinodal".
La Exhortación busca sugerir caminos para que la Iglesia se encarne en la Amazonía: "La predicación debe encarnarse, la espiritualidad debe encarnarse, las estructuras de la Iglesia deben encarnarse. Por ello me atrevo humildemente, en esta breve Exhortación, a expresar cuatro grandes sueños que la Amazonia me inspira".
Esos cuatro grandes sueños, o bloques temáticos en los que se estructura la Exhortación, son: el sueño social, el sueño cultural, el sueño ecológico y el sueño eclesial.
"Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida. Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana. Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas. Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos", dice el Papa.