VATICANO,
El Papa Francisco señaló que la Jornada de la vida consagrada "recuerda el gran tesoro en la Iglesia de aquellos que siguen de cerca al Señor al profesar los consejos evangélicos" que son la pobreza, la castidad y la obediencia.
Así lo indicó el Santo Padre antes del rezo del Ángelus de este domingo 2 de febrero en que la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación del Señor "cuando Jesús recién nacido fue presentado al templo por la Virgen María y San José.", fecha en la que también es la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice recordó que "cada persona bautizada ha recibido la vocación al anuncio -anunciar algo, anunciar a Jesús-, la vocación a la misión evangelizadora: ¡anunciar a Jesús".
En esta línea, el Papa explicó que "las parroquias y las diversas comunidades eclesiales están llamadas a fomentar el compromiso de los jóvenes, las familias y los ancianos, para que todos puedan tener una experiencia cristiana, viviendo la vida y la misión de la Iglesia como protagonistas".
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de este domingo de San Lucas que relata cuando los padres de Jesús llevaron al Niño Jesús a Jerusalén para consagrarlo a Dios, el Santo Padre destacó el modelo de acogida y de donación de la vida de María y José y de Simeón y Ana quienes "no eran iguales, eran distintos, pero todos buscaban a Dios y se dejaban guiar por el Señor".
En concreto, el Papa destacó que estos cuatro personajes muestran una actitud de "movimiento" y de "asombro".