El Obispo de Lurín (Perú), Mons. Carlos García Camader, presidió una Misa por las víctimas de la tragedia ocurrida el pasado 23 de enero en Villa El Salvador cuando la explosión de un camión que transportaba gas dejó al menos 22 muertos y más de 30 heridos.
"Hoy, queridos hermanos, no hemos hecho la Misa en un templo cerrado sino en un templo abierto que es esta calle. Creo que en estos días en eso se ha convertido esta manzana, en un templo vivo de creyentes y no creyentes buscando una respuesta humana a algo que no tiene respuesta directa", dijo el Prelado en la Misa que presidió el viernes 31 de enero en el lugar de los hechos.
"Cuando morimos el hoy del hombre queda grabado en el tiempo y este se acaba para pasar luego a vivir la eternidad para siempre. Ese es el hoy de Jesús, esa es la realidad que Jesús nos muestra en la cruz, pero que la testimonia y la sella con su presencia resucitadora en medio de los que creen y esperaban lo que Él les había prometido", continuó.
Mons. García resaltó luego que "en la vida no hay hora para la muerte, puede tocarnos en la mañana, en la tarde y en la noche, pero lo que importa es que nunca dejemos de esperar. Esa espera no nace de un sentimiento puramente humano".
"Los hombres fallamos, las promesas de los hombres tarde o temprano ya no sacian la realidad humana ni el deseo de lo que necesitamos, por eso Dios mismo vino a convertirse en esa palabra de esperanza en medio del dolor y el sufrimiento, por eso cuando vemos que todo se acaba y que nada es importante es cuando mejor entendemos lo que Jesús nos dice: Yo soy el camino, la verdad y le vida".
El Obispo dijo también que los presentes en la Misa tienen "la oportunidad de cambiar, en este tiempo que ya ha terminad para los que se fueron. Tú puedes cambiar y preguntarse qué te queda por delante. Te queda el dolor, sí, pero ese dolor te puede hacer actuar con esperanza y coherencia en las cosas simples de la vida".