La Congregación Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como Claretianos, inició un año jubilar con motivo de su llegada a América en 1870.
La Misa realizada en la Basílica del Corazón de María, en Santiago de Chile, fue presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli; y concelebrada por el Secretario General de la Congregación, P. Joseba Kamiroaga; el Superior Mayor de la Provincia San José del Sur, que comprende los países de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, P. Mario Gutiérrez; y sacerdotes de la comunidad.
Mons. Lorenzelli agradeció "las buenas acciones realizadas con entrañas de misericordia, bondad, humildad y mansedumbre, construyendo la vida con el sólido fundamento de la caridad, viendo día a día el milagro de la Providencia divina que guía la Congregación de los Misioneros Claretianos".
"Trazando una profunda huella que ha sido un camino de luz para tantas personas en nombre de San Antonio María Claret, portador de un carisma de abandono en la Providencia y una profunda pasión y ardor por la misión y el deseo de evangelizar", agregó.
La celebración de la familia claretiana "invita a hacer memoria para recordar de dónde vienen, llama a vivir con realismo el presente como gracia generosamente dada, y urge a intuir proféticamente el futuro".