VATICANO,
El Papa Francisco invitó, este domingo 26 de enero durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, a fiarse de la Palabra de Cristo: "Estamos llamados a fiarnos de la Palabra de Cristo, a abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo".
En su reflexión habló del origen de la predicación de Jesús en Galilea, "una tierra de periferia respecto a Jerusalén, y mirada con sospecha por su mezcla con los paganos. De aquella región no se esperaba nada bueno ni nuevo; por el contrario, el mismo Jesús, que había crecido en Nazaret de Galilea, comienza allí su predicación".
A pesar de esa desconfianza del pueblo de Israel hacia la tierra de Galilea, Jesús "proclama allí el núcleo central de su enseñanza y la sintetiza en un llamado: 'Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos'. Este anuncio es como un potente haz de luces que atraviesa las tinieblas y disipa la niebla".
El Santo Padre explicó que "con la venida de Jesús, luz del mundo, Dios Padre ha mostrado a la humanidad su cercanía y amistad, donadas gratuitamente más allá de nuestros méritos. La cercanía de Dios y la amistad de Dios no es un mérito nuestro, es un don gratuito entregado por Dios y nosotros debemos custodiar este don".
"El llamado a la conversión, que Jesús dirige a todos los hombres de buena voluntad, se comprende en su plenitud precisamente a la luz del evento de la manifestación del Hijo de Dios, sobre el cual hemos meditado los domingos pasados".
Reconoció que "muchas veces resulta imposible cambiar de vida, abandonar el camino del egoísmo, del mal y del pecado, porque se enfoca el compromiso de conversión solo sobre uno mismo y sus propias fuerzas, y no sobre Cristo y su Espíritu".