Los Obispos de la Región del Pacífico y Suroccidente de Colombia expresaron su solidaridad a los habitantes del departamento del Chocó, a la Diócesis de Quibdó y a los pobladores de otras regiones de Colombia en las cuales se ha agudizado el conflicto social y armado.
En un comunicado publicado el 11 de enero por la Conferencia Episcopal de Colombia, los prelados señalaron que "en diversos momentos hemos advertido sobre las dificultades que viven muchas personas en el territorio del Pacífico y Suroccidente, y hemos solicitado al Estado colombiano una solución integral que resuelva las causas estructurales que están en la raíz de la crisis humanitaria".
Los obispos indican que se manifiestan solicitando el respeto a los derechos humanos ante la compleja situación en la que se encuentran "las comunidades indígenas y afrodescendientes que viven en Bojayá, Bajo Atrato y Urabá; así como las comunidades de las cuencas de los ríos San Juan y Baudó (Chocó), Raposo (Buenaventura) y en los municipios de Nuquí (Chocó), Magüí Payán, Olaya Herrera-Satinga (Nariño) y del departamento de Putumayo, principalmente del municipio de Puerto Guzmán".
Según informa CNN en Español, durante el año 2019 fueron asesinados en Colombia unos 107 líderes sociales en Colombia.
Marta Hurtado, vocera de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, señaló que se encuentran en el proceso de verificación de 13 casos más reportados también en 2019 y de confirmarse subiría la cifra a un total de 120.
De acuerdo al informe de la ONU, la gran mayoría de muertes de 2019 ocurrieron en aéreas rurales y casi todos en municipalidades con "economías ilícitas donde operan grupos criminales o armados". Los más afectados fueron los indígenas y los afrodescendientes.