El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, explicó que esta última etapa del tiempo de la Navidad, se puede ver que los Reyes "Magos son una parábola de la vida misma. La búsqueda de Dios está inscrita en el corazón del hombre y consume las mejores energías del corazón humano".
En su carta pastoral, Mons. Fernández resaltó que "las fiestas de Navidad tienen como colofón la manifestación de Jesús a todas las naciones. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos contemplado su gloria. El personaje central de estos días santos es Jesucristo, que nació en Belén coamo hombre, el que es eterno por los siglos".
"Y junto a Él, su madre María, que es virgen y madre al mismo tiempo. José, que hace las veces de padre, aun no siendo padre biológico, es verdadero padre, porque presta toda su vida a este Niño y a su madre, los protege, aporta masculinidad que complementa la feminidad de María", afirma y subraya que "los tres constituyen la Sagrada Familia de Nazaret, referente para la familia que Dios ha constituido en la unión del varón y la mujer, abierta a la vida y prolongada en los hijos. Amor humano que es consagrado por el sacramento del matrimonio".
Algo que según explica el Obispo de Córdoba "es una gran noticia para los jóvenes de nuestro tiempo", "el deseo del corazón humano de un amor duradero para toda la vida, complementario entre el varón y la mujer y por el que se perpetúa la especie humana, es posible".
Mons. Fernández asegura que además de ser algo "gozoso" y "fuente de alegría" es también "generador de estabilidad social".
"Esta última etapa de la Navidad está caracterizada por la adoración de los Magos, guiados por la estrella. Ellos descubrieron señales en los astros y se pusieron en camino. La luz se ocultó y volvió a brillar", explica en la carta.