"La soledad es el cáncer de nuestro tiempo", expresó el Arzobispo de Génova (Italia), Cardenal Angelo Bagnasco, sin embargo, les recordó que con el nacimiento de Jesús, Dios nos envía el mensaje de que el ser humano no está solo, porque "yo soy el Emanuel, Dios con ustedes".
En su homilía por Navidad, el Purpurado advirtió que este "cáncer" nos hace "vivir aislados uno de los otros, prisioneros de nosotros mismos, de nuestra libertad, es una tentación continua que –en nombre de la individual autonomía– nos aleja y disuelve los lazos también más sagrados y vitales, con los otros, con la realidad en su rudeza, con la ley moral y la verdad de la fe, con Dios mismo".
"Al mismo tiempo –añadió–, nos separa también de nosotros mismos, tanto que el hombre moderno no sabe más quién es y dónde está andando, cuál es el sentido de su vida, de sus alegrías y esperanzas, del futuro que le espera". Sin embargo, afirmó, "la luz ha nacido y se ha hecho voz y mensaje: 'No teman, yo soy el Emanuel, Dios con ustedes'".
En ese sentido, el Cardenal Bagnasco se refirió al anuncio de los ángeles a los pastores esa noche en Belén. "No teman, les anuncio una gran alegría", recordó, y afirmó en su homilía que "es este el mensaje que atraviesa los siglos y llega hasta nosotros: no teman, en la noche del mundo la alegría ha nacido y está entre ustedes".
El Arzobispo de Génova señaló que el mundo de hoy necesita estas palabras, pues "los corazones de los hombres están llenos de confusión y de temor", a la humanidad parece faltarle orientación, fuerza, certeza y esperanza. "¿No es este quizá el aire que respiramos? Si miramos juntos el mundo y vemos la espuma que emerge y que parece inundar la tierra, entonces nace la pregunta: ¿es posible un mundo mejor, una vida más serena? ¿Nunca reinarán la justicia y la paz?", expresó.
"La respuesta es Belén: es Jesús", afirmó el Cardenal a los fieles. "Él es la novedad que esperamos, es Él el mundo nuevo, la aurora de un día pleno y definitivo, Él es la luz que atraviesa la tierra e ilumina las noches del alma y los cansancios de la vida. Él nos repite en la noche santa: 'No teman, te anuncio una gran alegría: Yo estoy contigo'", aseguró.