Los católicos en China, una pequeña minoría que aún sufre la persecución e incomprensión de las autoridades, celebran la Navidad con alegría a pesar de las prohibiciones impuestas por el Gobierno.
La Navidad de este año es distinta a la del año pasado porque "las autoridades oficiales han creado una creciente atmósfera política de tensión", comenta un sacerdote chino a la agencia Asia News.
Entre las prohibiciones de las autoridades están la de tener jóvenes menores de 18 años en las iglesias y realizar cualquier acto religioso público. Sin embargo, explica la agencia que "los católicos chinos encuentran nuevos caminos para celebrar el Adviento y la Navidad".
El sacerdote, que sirve en el norte de país, explicó que para evitar sanciones de las autoridades, la parroquia donde trabaja canceló la fiesta de Navidad de la noche y la transformó en un encuentro de oración.
Para no contravenir la prohibición de tener a jóvenes menores de 18 años en las iglesias, estos se reúnen en un local cercano al templo a donde luego va el sacerdote para saludarlos y bendecirlos.
Otro sacerdote, el P. Pedro, comenta a Asia News que en su parroquia "la mayoría de fieles son nuevos y por varias razones no frecuentan la iglesia: algunos no han hecho un buen catecumenado antes del bautismo, otros han pedido el bautismo sin la justa motivación, o se han alejado a causa de la secularización".