VATICANO,
El Papa Francisco destacó que el pesebre es un "Evangelio doméstico" que nos recuerda que "Jesús vino a nuestra vida concreta" por lo que animó a hacer un belén en casa.
Así lo indicó el Santo Padre al presidir este miércoles 18 de diciembre la Audiencia General en el Aula Pablo VI del Vaticano.
En su catequesis, el Pontífice recordó que en una semana será Navidad y señaló que "en estos días, mientras corremos para hacer los preparativos para la fiesta, podemos preguntarnos: ¿Cómo me estoy preparando para el nacimiento del Festejado?" y añadió que "una forma simple pero efectiva de prepararse es hacer el pesebre".
En esta línea, el Papa recordó que recientemente visitó la ciudad italiana de Greccio, donde San Francisco hizo el primer belén con la gente del lugar y allí firmó la Carta apostólica Admirabile signum "para recordar el significado de esta tradición" en la que escribió que el pesebre "es como un Evangelio vivo" porque "lleva el Evangelio a los lugares donde se vive: en las casas, en las escuelas, en los lugares de trabajo y de reunión, en hospitales y hogares de ancianos, en prisiones y en las plazas. Y allí donde vivimos nos recuerda una cosa esencial: que Dios no permaneció invisible en el cielo, sino que vino a la Tierra, se hizo hombre, un niño".
De este modo, el Santo Padre afirmó que "hacer el pesebre es celebrar la cercanía de Dios" que permite redescubrir que "Dios es real, concreto, vivo y palpitante. Él no es un señor lejano, ni un juez separado, sino que es un Amor humilde, que descendió hacia nosotros. El niño en el pesebre nos transmite su ternura".
En este sentido, el Papa recordó algunas estatuillas que representan al Niño Jesús con los brazos abiertos, para decirnos que "Dios vino a abrazar nuestra humanidad" por lo que invitó a "estar frente al pesebre y allí confiar la vida al Señor, hablar con Él sobre las personas y las situaciones que nos importan, hacer con Él la evaluación del año que termina, compartir las expectativas y las preocupaciones".