El Obispo de Caacupé, Mons. Ricardo Valenzuela, exhortó a los "responsables" de la conducción del Paraguay que se rijan por la ética para no llegar al estallido social que viven otros países de la región.
Los nueve días de preparación para honrar a la patrona del Paraguay, Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, concluyeron con una gran celebración el domingo 8 de diciembre en el santuario que lleva su nombre.
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Durante la Misa, en presencia de una multitud de fieles y del clero, representantes locales y nacionales, y del presidente de Paraguay, Mario Abdo, Mons. Valenzuela pidió que la Virgen María acompañe "a todos los cristianos por el camino de la conversión y de la santidad, en la lucha contra el pecado y en la búsqueda de la verdadera belleza, que es siempre huella y reflejo de la belleza divina".
Al final de la Misa, el Obispo de Caacupé leyó una carta en la que pidió especialmente por esas "hondas preocupaciones, inquietudes y tensiones que afectan a nuestra sociedad en el orden político, económico, social y humano".
Dado lo anterior, el Prelado alentó "a las autoridades y al pueblo a conducirse con un alto sentido ético para recuperar las buenas costumbres que han hecho de nuestro país un pueblo noble y generoso".