El Día de Niño Perdido es una especial tradición de la zona norte del estado de Veracruz (México) que se celebra cada año e 7 de diciembre, en la víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y que está inspirada en un momento de la vida del Niño Jesús.
Esta bella tradición se basa en el siguiente pasaje del Evangelio de San Lucas (Lc 2, 41-45):
"Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca".
El Día del Niño Perdido recuerda este hecho de la infancia de Jesús.
Esta tradición se celebra año tras año y de generación en generación, según informa la Arquidiócesis de Xalapa.