En el encuentro que sostuvo en Bangkok (Tailandia) el 22 de noviembre con 48 jesuitas del sudeste asiático, el Papa Francisco afirmó que solo en la oración se encuentra la fuerza para hacer frente a la injusticia social.
Tras señalar que "si la Iglesia es un hospital de campo y uno de estos campos donde hay más heridos" es el de los refugiados a quienes la Iglesia tiene el deber de asistir, el Santo Padre dijo que ante esta y otras situaciones es esencial recurrir a la oración.
"Debemos recordarlo bien: la oración. En esa periferia física no debemos olvidarlos de esta otra, de la espiritual porque solo en la oración encontraremos la fuerza y la inspiración para entrar bien y con entusiasmo en lo que son los 'líos' de la injusticia social", dijo el Santo Padre a los jesuitas, según informa este jueves la revista La Civiltá Cattolica que publica el contenido íntegro del diálogo del Papa con los jesuitas del sudeste asiático.
Refiriéndose al tema de los refugiados, el Papa resaltó el legado del Padre Pedro Arrupe –que fue el superior general de los jesuitas entre 1965 y 1983, y que en Tailandia alentó la fundación del Servicio Jesuita para Refugiados– para hacer frente a este fenómeno que surge a causa de las grandes diferencias sociales.
"El hambre, las tensiones políticas y sobre todo la guerra. Por estos motivos los movimientos migratorios se intensifican. ¿Cuál es la respuesta que da el mundo? La política del descarte. Los refugiados son material de descarte y el Mediterráneo se ha transformado en un cementerio", dijo el Santo Padre.
El Pontífice también comentó que sueña "con una Iglesia joven, muy cercana a la gente, fresca. Por supuesto, conozco bien y me preocupan los problemas que tienen que enfrentar, como por ejemplo la explotación vinculada al turismo sexual. Ustedes los jesuitas deben hacer todo lo posible para elevar el nivel social. ¡Trabajen por el bien de vuestro país y por la dignidad de la gente!".