El Papa Francisco respondió a varias preguntas sobre el manejo de las finanzas en el Vaticano, durante la rueda de prensa realizada a bordo del avión que lo llevó de Japón a Roma.
Una de las preguntas que contestó el Papa se refiere al escándalo que podría haberse generado entre los fieles por una inversión inmobiliaria de 200 millones de dólares en Londres (Inglaterra), una operación que estaría vinculada al Óbolo de San Pedro y en la que estuvo de por medio el Cardenal Angelo Becciu cuando era Sustituto de la Secretaría de Estado en 2014.
En octubre de este año el Cardenal Becciu, que ahora es prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, dijo a la agencia italiana ANSA que no había irregularidades en la inversión en Londres y que actuó "según los intereses de la Santa Sede".
El Purpurado dijo que su "conciencia está limpia y sé que siempre he actuado según los intereses de la Santa Sede y nunca por mi propio beneficio. Los que me conocen bien pueden dar fe de eso".
Los detalles de la inversión fueron reportados por primera vez por el Financial Times, según el cual el dinero se tomó de cuentas bancarias suizas bajo el control de la Secretaría de Estado y se mantuvo por separado de otras cuentas corrientes del Vaticano.
La inversión en Londres, junto con otros casi 50 millones de dólares invertidos en 2018 en la misma propiedad, ha planteado preguntas sobre el control interno del dinero del Vaticano en bancos internacionales y vehículos de inversión, especialmente después de repetidos esfuerzos para alinear las prácticas financieras con las prácticas y estándares internacionales.