HIROSHIMA,
Ante la presencia de 20 supervivientes del ataque con la bomba atómica contra la ciudad de Hirsohima (Japón), el 6 de agosto de 1945 durante los últimos rugidos de la Segunda Guerra Mundial, el Papa Francisco lanzó una dura condena al desarrollo y empleo de las armas nucleares: "El uso de la energía atómica con fines de guerra es inmoral. Seremos juzgados por esto".
"Con convicción, deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común", dijo el Santo Padre este domingo 24 de noviembre en el Memorial de la Paz de Hiroshima en su viaje apostólico a Japón.
Tras saludar una por una a las 20 víctimas supervivientes de la bomba atómica, y después de dejar un mensaje en el libro de honor del Memorial, el Pontífice rezó en silencio mientras una campana sonaba en memoria de las víctimas.
En el libro de honor dejó el siguiente mensaje: "He venido como peregrino de la paz para afligirme en solidaridad con todos los que han sufrido heridas y muerte en aquel terrible día para la historia y para esta tierra. Rezo para que el Dios de la vida convierta los corazones a la paz, la reconciliación y el amor fraterno".
En su discurso, el Papa recordó con tristeza las primeras consecuencias dramáticas de la explosión de la bomba atómica que segó, en un instante, la vida de cientos de miles de personas inocentes: "Aquí, de tantos hombres y mujeres, de sus sueños y esperanzas, en medio de un resplandor de relámpago y fuego, no ha quedado más que sombra y silencio".