BANGKOK,
El Papa Francisco destacó la importancia de abrir el corazón para que sea capaz de "superar todos los adjetivos que siempre dividen". Así lo indicó el Santo Padre al celebrar la primera Misa pública de su viaje apostólico en Asia que se llevó a cabo en el estadio nacional de Tailandia en Bangkok este 21 de noviembre, fiesta de la presentación de la Virgen María.
"Era necesario abrir el corazón a una nueva medida, capaz de superar todos los adjetivos que siempre dividen, para descubrir a tantas madres y hermanos thai que faltaban en su mesa dominical", explicó el Pontífice.
Antes de la Misa, el Papa Francisco llegó en papamóvil y fue recibido con mucho afecto y emoción por los miles de fieles reunidos en el estadio nacional, en donde las personas ondeaban banderas del Vaticano y Tailandia y gritaban: "viva el Papa".
La Celebración Eucarística fue acompañada por un numeroso coro que entonó con fuerza cantos en tailandés y alguno en italiano, mientras que en el estadio estuvieron presentes también algunos fieles católicos de países vecinos como Vietnam, Laos, Camboya y Myanmar.
"Querida comunidad tailandesa: Sigamos en camino, tras las huellas de los primeros misioneros, para encontrar, descubrir y reconocer alegremente todos esos rostros de madres, padres y hermanos, que el Señor nos quiere regalar y le faltan a nuestro banquete dominical", invitó el Papa.
Durante su homilía pronunciada en español, y traducida por un sacerdote al tailandés, el Santo Padre recordó las palabras de Jesús en el Evangelio de San Mateo "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" pregunta a la que Jesús respondió que "todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".