Decenas de fieles llegaron la mañana del sábado 9 de noviembre a la parroquia La Asunción en Santiago de Chile para limpiar y ordenar la iglesia que fue atacada por manifestantes el día anterior.
Mientras se desarrollaba el viernes una nueva manifestación en Santiago de Chile, un grupo de encapuchados forzó el ingreso de la parroquia La Asunción para robar las bancas, confesionarios e imágenes religiosas y armar con estos unas barricadas.
En su interior, los atacantes pintaron grafitis en los muros, pilares y el altar con fuertes consignas e insultos hacia la Iglesia. Luego se dirigieron a quemar la Universidad Pedro de Valdivia que se ubicaba al frente de la calzada.
Los jóvenes y adultos que llegaron al día siguiente al templo, limpiaron y reunieron algunos trozos de las imágenes destruidas, recogieron los vidrios rotos, entre otras acciones.
El párroco, P. Pedro Narbona, agradeció el apoyo de quienes estuvieron pendientes durante el ataque y también de la solidaridad generada.
"Se despertó una corriente de vida solidaria, de preocupación, de oración, de venir hoy día, de traer materiales y dejar horas de hacer sus cosas personales para ayudarnos a sacar todo lo sucio", señaló.