VATICANO,
El Papa Francisco recordó, tras el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano este domingo 10 de noviembre, a la Beata María Emilia Riquelme y Zayas, que fue beatificada ayer en la Catedral de Granada, España, en una Misa presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Becciu.
"Ayer en Granada, España, ha sido proclamada Beata María Emilia Riquelme y Zayas, fundadora de las Hermanas Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada", dijo el Papa Francisco.
En su mensaje, el Pontífice recordó que "la nueva Beata fue ejemplar en el fervor de la adoración Eucarística, y generosa en el servicio a los más necesitados".
La Beata María Emilia Riquelme y Zayas nació en Granada el 5 de agosto de 1847. De origen nobiliario, destacaba por su erudición. Con siete años recibió una visión de la Virgen María que le llevó a consagrarse a la Virgen del Carmen, haciendo votos privados de castidad y virginidad.
Ante las numerosas dificultades que encontró en su camino para acceder a la vida religiosa (la oposición de su padre, o la fragilidad de su salud) le llevó a comprender que lo que Dios le pedía era algo diferente.
Así, inició una labor social con los pobres y enfermos de diferentes ciudades españolas y solicitó a la Santa Sede permiso para exponer de forma permanente en su casa al Santísimo Sacramento, permiso que le fue concedido.